viernes, 10 de septiembre de 2010

V - Carta a Bheril

A Bheril Hojazul. Calle de los Sauces; Bruma Dorada


Estimado compañero:

Me ha sido difícil reunirme contigo tras la graduación como te prometí. Lord Sahenion consideró necesario que le acompañase en su último viaje a reinos humanos, para que tomase contacto con su rudimentaria cultura y costumbres. Ha sido largo para mi gusto y hubiese preferido contar con otras compañías aunque la estancia en Ventormenta haya paliado en parte ese detalle. He podido ver con mis propios ojos todo aquello de lo que me has hablado en Quel’danas, la ciudad es un hervidero de actividad, he llegado a oír a varios trobadores en una sola plaza luchando por la atención de sus conciudadanos, a los venteros ofreciendo sus mercancías a viva voz y a las mozas mostrando sus atributos generosos a los viandantes como si fueran un producto más de esa feria apasionada, sonriendo con una falta total de pudor o recato. Las gentes van de acá para allá como si el tiempo nunca fuera suficiente para terminar con sus tareas, parlotean y llenan el aire de extraños aromas. El olor de la ciudad es una amalgama de hedores y perfumes que acaban por saturarte la nariz, los canales apestan como si en ellos fueran a morir todos los deshechos de la ciudad y me temo que es así aunque no me atreví a analizar las peculiaridades de las cosas que flotaban entre las barcazas. No he podido explorar los rincones que me hubiese gustado admirar, ni las costumbres que realmente me interesan, el orden del día resultaba invariable viajando con Sahenion, se puede resumir en ir de una reunión a otra escuchando los desabridos discursos de políticos y diplomáticos en salones de piedra mal tallada y con excesivo olor a humedad. Lo cierto es que acabé echando de menos el relativo silencio de las calles Lunargentinas, las fuentes limpias y los días despejados aunque el bullicioso estilo de vida de los humanos me haya resultado excitante.

No quiero aburrirte y no hay nada nuevo sobre Ventormenta que pueda contarte a ti, no estoy escribiéndote para eso. En la isla se me daba mejor escribirte, no hacían falta muchas palabras para que entendieras nada, siempre has tenido esa detestable facultad de captar lo que quiero decir aunque mantenga la boca tercamente cerrada, es algo que siempre me ha irritado pero que de alguna manera me ha puesto las cosas fáciles. He comenzado a escribir con la clara intención de agradecerte la ayuda prestada, tu te has esforzado y yo he acabado por alcanzar la graduación vivo y con honores, no es el hecho de haberla alcanzado lo que merece mi agradecimiento, si no el hecho de haber convertido ese infierno que comenzó siendo la isla para mi en un lugar mucho más acogedor. Tu instrucción es lo único válido y útil que voy a sacar de ese lugar, aunque ahora pueda aspirar a vestir el tabardo de los Hojalba y tomar sus responsabilidades. No puedo engañarme a mi mismo ni a los que me rodean sobre lo que siento al respecto del destino que me espera, durante un tiempo me esforcé en pensar en que las cosas cambiarían al volver, en que mi hogar se parecería más a un hogar que a una prisión, e incluso llegué a soñar que se me dirigía una mirada de orgullo. Me siento orgulloso de haberme superado, es algo que tu me enseñaste, a sentirme orgulloso de lo que soy capaz de hacer incluso cuando no he elegido el camino, por que he elegido la manera de andarlo y lo he hecho con la cabeza alta. Pero es hiriente e insultante que tu propia sangre no pueda ver el sacrificio que has hecho por parecer más digno a sus ojos. Sahenion seguía mirándome con decepción incluso en la ceremonia de graduación, viendo a su hijo donde quería verle y como quería verle. Su tono sigue siendo tan árido como siempre, aunque apenas discutamos ahora. Sé que no soy lo que esperaba que fuera por que no he elegido libremente lo que deseaba que eligiese. Si lo pienso detenidamente no veo ningún sentido en todo lo que he tenido que luchar por salir adelante en Quel’danas… ¿Me estoy traicionando a mi mismo intentando ser quien él quiere que sea?, ¿Es que acaso tengo otra elección?. A veces creo que he nacido en el lugar equivocado. Tu lo dijiste, vamos a tener que comer muchos ascos en nuestra vida y sospecho que mi vida al completo va a ser un asco.

Voy a arrepentirme de mandarte esto en cuanto lo tire en el buzón, pero no puedo hacer que adivines qué me ocurre a distancia para sentirme consolado, así que me daré prisa en bajar a la calle. Nos vemos en la próxima fiesta de primavera.

Iranion Lamarth’dan

No hay comentarios:

Publicar un comentario